¡Noviembre ha sido una liberación! El motivo principal es que he conseguido terminar “L’imperi del medicament”, la inacabable obra de PRK sobre la crisis de los opioides en Estados Unidos. No os podéis imaginar el alivio que sentí al llegar a la última página… Pero también porque descubrí una autora portuguesa enternecedora y me reencontré con mi querida Mercè Rodoreda. ¡Qué gozada, estos libros de noviembre!
Mary John, de Ana Pessoa
Una de las editoriales de literatura infantil y juvenil (LIJ) que más me gustan es L’Altra Tribu. Admiro especialmente el criterio de su editora, Marina Llompart, que tradujo al catalán “La casa de Mango Street” de Sara Cisneros, que tuve el placer de leer en septiembre. Por eso, cuando vi que desde la editorial buscaban lectores para su última publicación, no dudé ni un segundo en escribirles por Instagram para que fuera el primero de mis libros de noviembre.
Cuando recibí el libro en casa estaba emocionada. Todavía no había empezado a leerlo y ya me había fascinado: su diseño es una preciosidad. Está maquetado en un increíble color azul eléctrico que cubre sus portadas y que ilustra sus páginas, entre las cuales encontré un recurso narrativo sorprendente: el cómic sin texto.
Su último título es Mary John, una historia que a simple vista puede parecer un inocente relato de amor de juventud. Un amor tímido, ingenuo y melancólico como el que siente Maria João por su antiguo compañero de juegos, Júlio. Desde un rincón de su placita, y separados por los años y los nuevos amigos, ella le observa indecisa y le idolatra en silencio, mientras él se ha convertido ya en otra persona.
Pero este libro no es solo esta historia romántica. Es también el relato de la transformación de Maria João, a quien Júlio llama afectuosamente Mary John. Ana Pessoa captura el momento exacto en que la protagonista deja atrás la infancia y empieza su viaje hacia la edad adulta. Un viaje que transporta al lector de lleno a su propia adolescencia, reviviendo los sentimientos más puros y revisitando los momentos más intensos.
Esta obra es una historia tierna, sin grandes dramas ni grandes eventos, pero que contiene una verdad que nos interpela. Porque todos nosotros hemos sido, en algún momento, Mary John.
Aloma, de Mercè Rodoreda
Mi segundo título de los libros de noviembre fue “Aloma” de Mercè Rodoreda, con el que me quedé pensando muchos días después de terminarlo. Me quedó una fuerte sensación de tristeza, omnipresente en todo el libro; me contagié de la indecisión de la protagonista, tan joven y confundida; y se me grabó la imagen nítida y particular de Barcelona de los años treinta, el escenario de la historia, en la retina.
Para los que no hayáis leído este clásico, Aloma es una chica triste y solitaria que vive en una antigua casa familiar en Sant Gervasi, en la parte alta de Barcelona. La suya es una casa vieja, alejada de todo y rodeada de un jardín espléndido, testigo mudo de todo lo que sucede en la finca. Una casa que es una herencia, un recuerdo, el símbolo de una época pasada que no volverá.
La monotonía de Aloma es interrumpida por la llegada de Robert, la presencia del cual desencadena en ella un torrente de sentimientos, todos nuevos y a menudo contradictorios. Este vaivén de emociones hace que empatizar con la protagonista, tan volátil e indecisa, no siempre sea fácil. Pero Mercè Rodoreda transmite de forma precisa su angustia al lector, consiguiendo una novela psicológica icónica.
Y a pesar de no definirse a ella misma como feminista, la escritora construye una protagonista que desafía, quizás inconscientemente, los convencionalismos de la época. Porque Aloma es, sin dudarlo, una mujer que quiere ser libre. A pesar de la eterna indecisión en la que vive, su voluntad de progresar la hará crecer hasta emanciparse.
L’imperi del dolor, de Patrick Radden Keefe
Cuando Esther propuso leer conjuntamente “L’imperi del dolor” de Patrick Radden Keefe, todas nos apuntamos. Teníamos todavía presente la buena experiencia de nuestra primera lectura conjunta, en la que leímos “No diguis res“, y nos faltó tiempo para ir a la librería a buscar un ejemplar del nuevo título de Edicions del Periscopi.
Pero la experiencia de leer “El imperio del dolor” ha sido completamente diferente a la del primer libro de PRK.
A lo largo de sus más de 600 páginas, el autor describe con detalle la familia Sackler, la responsable de la crisis de los opioides en los Estados Unidos. Dividido en tres libros o capítulos, “El imperio del dolor” retrocede en el tiempo hasta encontrar el origen del problema, que se concreta en la figura de Richard Sackler. PRK relata como la pandemia del OxyContin se extiende por todo el país. El autor avanza el ensayo hasta la actualidad para encontrarse con los herederos del imperio farmacéutico, finalmente repudiados en las altas esferas culturales, políticas y sociales de todo el mundo.
Aunque el tema es apasionante y el trabajo de PRK es admirable, la cantidad y la densidad de datos y hechos hace que la lectura sea lenta y tediosa. “El imperio del dolor” requiere de una concentración y una motivación que no necesité en la lectura de “No diguis res”, motivo por el cual he tardado más de dos meses para poder terminarlo.
¿Y en diciembre?
Soy consciente que el último mes del año pasará volando. Entre las fiestas, las entregas de trabajos y los viajes, creo que no tendré mucho tiempo para dedicar a la lectura. Aun así, quiero leer algunos de los títulos que hace tiempo esperan en la mesita de noche, como los relatos de Lucia Berlin, autora que descubrí a finales del 2020, o una novela de Lisa See, escritora de ascendencia china que me enamoró con “La isla de las mujeres del mar”.
Cruzo los dedos para que estas lecturas sean un acierto y las disfrute.
Aina,