Recuerdo en el colegio un par de compañeras que venían a clase sin desayunar. No comían ni una galleta, ni un poco de zumo, ni un simple vaso de leche. Nada. Para mí, que tomaba mi porridge o mis cereales religiosamente, aquello era una atrocidad. No entendía como no desfallecían en mitad de la lección de matemáticas, mientras mis tripas pedían intransigentemente un pedacito del bocadillo del recreo a pesar de haber desayunado pocas horas antes.
Quizás porque crecí con la indiscutible consigna de que “el desayuno es la comida más importante del día“, nunca he sido capaz de salir de casa sin comer nada. Hasta el punto que ir en ayunas a hacerme una analítica es un espectáculo: mi cuerpo se rebela contra la falta de alimento, aunque sea por un motivo médico justificado. Y aunque ahora se haya puesto de moda el ayuno intermitente, para mí desayunar sigue siendo un ritual sagrado.
Me pirran las tostadas, los smoothies, los pancakes o las gachas de avena. Pero cuando no dispongo de mucho tiempo, o bien estoy demasiado dormida para prepararme algo decente, recurro a recetas como el chia pudding. Es un desayuno ligero, rápido y nutritivo que dejo preparado la noche antes o el fin de semana, dependiendo de mi capacidad de planificación. Así solo tengo que lavarme la cara, abrir la nevera y servirme.
Chia pudding de primavera
Lo mejor del chia pudding es que puedes personalizarlo a tu antojo, utilizando ingredientes de temporada o cualquier fruta que ronde despistada por tu nevera. Yo suelo tomarlo con fresas o frambuesas cuando empieza el buen tiempo, pero también puedes prepararlo con melocotón en verano o con manzana asada en invierno. Me gusta añadirle mantequilla de frutos secos, como cacahuete, y yogur de soja para que me aporte más energía y grasas saludables, convirtiéndose en un desayuno delicioso y completo. Un imprescindible en mi alimentación.
Para colmo, el chia pudding es una receta cargada de omega-3. Estas grasas poliinsaturadas suelen encontrarse en pescados como el salmón o la caballa, por lo que en una dieta vegana es necesario encontrar fuentes alternativas de donde obtenerlo. Las nueces y la soja, juntamente con la chía son un recurso ideal para ello. Pero además, el chia pudding está lleno de minerales como el calcio y el magnesio y es una fuente de fibra importante que nos ayudará a sentirnos saciados y a regular el tránsito intestinal.
Ahora que se acercan los días de calor, el chia pudding es el desayuno perfecto si lo sirves bien fresquito de la nevera. Incluso puedes llevártelo en la bolsa de entrenar para tomártelo al salir del gimnasio o a media mañana en la (home) office. ¡No se le puede pedir más a un desayuno!
Chia pudding de fresa con yogur
Un desayuno ligero, fácil y nutritivo
Ingredientes
- 250 gr fresas u otra fruta de temporada
- 2 cc de extracto de vainilla
- 3 cs de semillas de chía
- 240 ml de leche de avena u otra leche vegetal
- 3 cs de coco rallado
- 1 cs sirope de agave opcional
Para un desayuno completo
- Yogur de soja u otro tipo vegetal
- Frambuesas u otra fruta fresca
- Menta fresca opcional
Elaboración paso a paso
Limpia y corta las fresas en cuartos. Colócalas en una batidora y procesa hasta que queden hechas puré.
Transfiere el puré de fresas en un bol y añade la chía y el coco rallado. Mezcla con un tenedor como si estuvieras batiendo un huevo.
Añade la leche de avena y sigue batiendo hasta que quede completamente integrado.
Si quieres, puedes añadir sirope de agave en este momento y mezclarlo con el resto de ingredientes.
Deja reposar la mezcla en la nevera un mínimo de dos horas. Puedes mantenerlos refrigerado un máximo de cuatro días.
El desayuno completo
En un recipiente tipo vaso o bol coloca yogur vegetal en la base.
Añade el chia pudding una vez reposado.
Cubre con frambuesas y un poco de menta fresca.
Notas de la Receta
También es posible añadir mantequilla de frutos secos para conseguir una mezcla más cremosa y nutritiva.